Venezuela: Si a la democracia y al pluralismo, no al golpe de estado, no a la intervención militar.

Ante la gravedad de la situación política que se está viviendo en la República Bolivariana de Venezuela, con la autoproclamación –no reconocida por el resto de los poderes del Estado– del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente de la nación, y la escalada de violencia que ello puede provocar, desde IZQUIERDA EN POSITIVO creemos necesario expresar un posicionamiento sobre el tema que huya del simplismo, de la consigna fácil y de la manipulación en las que están cayendo la mayoría de fuerzas políticas de nuestro país.

Desde IZQUIERDA EN POSITIVO expresamos, en primer lugar, nuestra solidaridad con el pueblo venezolano, con sus ansias de democracia y de justicia social; desde esa perspectiva, consideramos, aun desde la discrepancia, que Nicolás Maduro Morros sigue siendo el presidente legitimo de Venezuela, hasta que sea elegido otro en elecciones democráticas convocadas por un cauce regular.

Constatamos, de igual forma, que la Revolución Bolivariana surgió de un proceso genuinamente democrático, que llegó a contar con el respaldo de una amplísima mayoría social; y, frente al cual, la derecha venezolana –representante de la oligarquía local más rancia, y de los intereses del capitalismo transnacional– ha demostrado siempre una actitud obstruccionista y antidemocrática, promoviendo diversos intentos de golpes de estado que contaron, desde el principio, con el respaldo de Estados Unidos y de algunos de los sectores más reaccionarios de la derecha europea, como fue en su momento el del presidente Aznar.

Las elecciones de 2016, sin embargo, plantearon una situación más compleja, al obligar a una coexistencia en las instituciones del Estado que ninguna de las partes ha sabido sobrellevar: pues mientras la oposición, que controla el poder legislativo, se ha dedicado a negar la legitimidad de los restantes poderes, atribuyéndose competencias que no le corresponden según la Constitución, también el bolivariarismo ha cometido serios errores, reaccionado a la defensiva con unas actitudes autoritarias, peligrosas para el pluralismo político, que han desacreditado su imagen ante la opinión pública internacional.

En este contexto, IZQUIERDA EN POSITIVO denuncia que la autoproclamación de Guaidó como presidente, en un burdo intento de golpe de estado mediático, busca tan solo incrementar la tensión, aumentar la violencia, y servir de excusa que justifique una intervención militar estadounidense –que sería inmediatamente apoyada por los gobiernos ultraderechistas de Colombia o Brasil–, similar a las que se usaron contra Libia, Siria o Irak.

Desde IZQUIERDA EN POSITIVO censuramos a la derecha española del PP y Ciudadanos, así como a la pseudoizquierda otánica representada por Felipa González, por contribuir a la desestabilización política de un país hermano, alentando golpes de estado contra su legalidad constitucional, mientras reclaman respeto a la Constitución Española frente al desafíos golpistas como el del Procés.

Pero también censuramos a cierta izquierda, como Izquierda Unida o Podemos, por apoyar acríticamente al bolivarianismo (tanto cuando acierta como cuando se equivoca), mientras pone sistemáticamente en duda la legitimidad democrática de las instituciones de nuestro propio país. No se puede usar un doble rasero de medir para denunciar públicamente a los golpistas venezolanos, y justificar, al mismo tiempo, a los golpistas de Puigdemont; ni afirmar, como hace la alcaldesa Colau, que España no es un estado democrático, y que las personas procesadas por los hechos de septiembre y octubre del 2017 no van a tener un juicio justo e imparcial. La democracia y la convivencia, tanto en Venezuela como en España, comienzan por el respeto a la legalidad constitucional.

Las leyes pueden cambiarse, e incluso las constituciones. Pero la convivencia democrática rota por el golpismo es muy difícil de recuperar.

Barcelona, 26 de enero de 2019.

Grupo Promotor de IZQUIERDA EN POSITIVO.

11 Comentarios

  • Diego dice:

    Los «golpes de Estado» (si es que estos se pueden definir en ausencia de Estado de Derecho) no son ilegítimos si son contra tiranías absolutistas.
    Desde que en Venezuela se dejó a los ciudadanos de un estado sin representación en la Asamblea Nacional para que la oposición no contara con más de 2/3 de la cámara; desde que Maduro convocó un proceso constituyente sin referendum previo como manda la Constitución; desde que el Tribunal Supremo despojó de sus poderes a la Asamblea Nacional; desde entonces Venezuela no es una democracia y un golpe de estado (si se quiere llamar así) no es necesariamente ilegítimo.

  • Diego dice:

    En España la democracia y el estado de derecho son mejorables, pero suficientemente buenos como para modificar la ley desde la propia ley. Acciones que violan estatuto de autonomía, constitución y resoluciones judiciales son ilegítimas.

    En estados autoritarios no democráticos, como Venezuela, en los que el gobierno viola la ley, acciones irregulares e ilegales suelen ser necesarias para derrocar la tiranía.

  • Jorge Eines dice:

    Nadie puede ser tan democrata como para permitir que los demas piensen como uno. Es la trampa del no logos. No hablar de la diferencia. Solo aceptar que el otro piense como uno.

  • Juan Ramón Medina dice:

    Hasta aquí los acompaño. Casi me los llego a creer. Viva Venezuela. Viva Maduro y la Revolución Bolivariana

  • Susana Oviedo dice:

    Gran desilusión me llevo con vosotros tras la publicación de este artículo tan torpe y desinformado sobre la situación en Venezuela. Es de manual básico que ante inminente peligro de intervención imperialista, la izquierda con mirada hacia la construcción del socialismo debe cerrar filas con el país agredido, con su pueblo y su gobierno. Os recuerdo que Maduro ganó las elecciones el 20 de mayo por un 67 % de votos (más de 6 millones de votos)en un proceso electoral transparentes y ante observadores nacionales e internacionales. Además Podemos y su pupilo, la actual IU, de ningún modo apoyan acríticamente ni críticamente al gobierno de Venezuela. Tirad de hemeroteca y vereis que Iglesias ha renegado del chavismo y que su consorte pide que se celebren elecciones con garantías. Sólo el PCE, con un resto de internacionalismo que le quedó después de la debacle se ha pronunciado cerrando filas con la Revolución Bolivariana. También los europarlamentarios Javier Couso y Paloma López defendieron la soberanía de Venezuela.
    Tendríais que pedir disculpas por este artículo ni ni y eurocéntrico que denota un total desconocimiento de la realidad nacional e internacional. Decís que sois la izquierda no nacionalista de España y yo os digo que si fuerais izquierda no diríais semejantes sandeces. Lástima, algunos creímos en vosotros.

    • AdminIzquierda dice:

      En respuesta a la amiga Susana Oviedo.
      Agradecemos sinceramente la crítica que hace de nuestro comunicado sobre la situación política de Venezuela. Siempre se puede discutir sobre tal o cual matiz o aspecto, y es natural que lo que nuestro comunicado no duda en calificar de «burdo intento de golpe de estado mediático, que busca tan solo incrementar la tensión, aumentar la violencia y servir de excusa que justifique una intervención militar estadounidense» provoque la justa indignación de cualquier persona de izquierdas y la predisponga a «cerrar filas con el país agredido». No otra cosa hacemos nosotros desde las primeras líneas del comunicado, al decir que «expresamos … nuestra solidaridad con el pueblo venezolano, con sus ansias de democracia y de justicia social; desde esa perspectiva, consideramos, aun desde la discrepancia, que Nicolás Maduro Morros sigue siendo el presidente legítimo de Venezuela».
      La referencia a una cierta «discrepancia» no es una concesión a la obscena campaña de acoso y derribo orquestada por la derecha americana y europea y secundada vergonzantemente por partidos que se pretenden «socialistas», sino la sincera creencia de que la trayectoria seguida por la revolución bolivariana, aun siendo admirable en tantos aspectos, no ha estado exenta de errores, particularmente en el terreno económico (en la gestión, por ejemplo, del comercio exterior, donde seguramente debería haber sido más intervencionista para impedir el sabotaje practicado por muchas empresas dedicadas a la importación, que han contribuido a crear el actual desabastecimiento de ciertos productos, a la vez que especulaban con las divisas facilitadas por el gobierno a tipos de cambio bonificados). Tampoco nos parece modélica la reacción del ejecutivo al triunfo de la oposición en las últimas elecciones a la Asamblea Nacional, situación que obligaba a un ciertamente arduo ejercicio de lo que suele llamarse «cohabitación» entre un ejecutivo de un signo político y un legislativo de signo contrario, algo que, por supuesto, fue aprovechado por la oposición para provocar descaradamente al gobierno con todo tipo de maniobras fraudulentas que merecieron que el poder judicial declarara a la Asamblea en desacato. Pero creemos que las discrepancias, manifestadas desde la solidaridad en lo fundamental, no son incompatibles con el apoyo decidido al gobierno bolivariano y la inequívoca condena del burdo golpe de Estado en marcha, antes al contrario, pretenden dejar claro que, en situaciones críticas como la presente, es preciso tomar partido por el lado al que más asiste la razón y el derecho, por muchos que sean sus defectos.
      En cuanto a nuestra crítica de cierta izquierda partidaria del apoyo acrítico al gobierno de Venezuela, no parece difícil ver aludidos ahí, sobre todo, aquellos grupos que se autoasignan el oxímoron «izquierda nacionalista» y que, como expresamos al final de nuestra nota, usan «un doble rasero de medir para denunciar públicamente a los golpistas venezolanos y justificar al mismo tiempo a los golpistas de Puigdemont». De manera simétrica a como otros, desde el presidente-de-rebote Sánchez hasta Casado, pasando por Rivera, a la vez que se erigen en paladines del constitucionalismo en España, aplauden y alientan el pisoteo descarado de la constitución venezolana.

  • jorge dice:

    de acuerdo en todo excepto en considerar golpe de estado a los políticos catalanistas, ya que ellos no querían ocupar la presidencia del gobierno español.

    Todas las independencias primero se proclaman y luego se reconocen, pero la palabra independentistas también se les viene grande, por hechos y fundamentos históricos, y también por hechos, fundamentos y contextos actuales.

  • Xavi Mora dice:

    Cuanta demagogia colegas.
    Abanderar la izquierda no es facil y os saldrán haters.
    Me gusta este comunicado y lo apoyo, abajo la dictadura de venezuela y, ahora ya, que viva Guaidó!!

  • Jaime dice:

    Aqui creo que os equivocais, tienen que tener un cambio y preguntale a un venezolano exhiliado a españa…por la situacion de su pais, es gravisimo, si dice que la otra es la derecha que es la dictadura de maduro? …super fascista y los extremos jamas han sido buenos y lo sabemos en cataluña, asi que espero que haya un buen fin para los venezolanos y el maduro cumple justicia en la carcel ….o el tiempo lo pondra en su sitio poniendolo peor de lo que le ha hecho al pueblo. Lo demas bravo por vosotros salvo esto, aun asi criticais duro a IU que no se manifiesta con esto con sensatez, siendo siempre IU tan sensata aunque no siempre lo haya hecho lo correcto pero ha sido mas consecuente que el PSOE o otros. Ahora que estais vosotros coged la lucha de todos y todas para ir con la ciudadania y sus peticiones y que no os manipulen malos coordinadores como ahora mismo tienen IU o ya ni contar podemos en fin…

Deje un comentario a jorge Cancel Reply