Desde IZQUIERDA EN POSITIVO defendemos la libertad de expresión como uno de los pilares básicos de la democracia y del Estado de Derecho.

Creemos que toda persona debe sentirse plenamente libre de expresar sus opiniones respecto a los poderes públicos, las instituciones del Estado (incluida la Casa Real y la Corona), o los dogmas religiosos y sociales, tanto si son socialmente mayoritarios como si son profesados únicamente por una minoría. Y que esta libre expresión debe tener sus únicos límites en la prohibición del insulto, la calumnia, la amenaza, la apología del terrorismo o la difusión de mensajes contrarios a la convivencia o de difusión del odio.

Sin embargo, y en relación con la polémica suscitada por la proliferación de lazos, cruces, banderas u otros símbolos independentistas en edificios y espacios públicos de ciudades y pueblos de Cataluña, y las agresiones, actos amedrentatorios e incluso amenazas de sanciones contra personas que tratan de retirarlos, desde IZQUIERDA EN POSITIVO queremos hacer las consideraciones siguientes:

La ocupación masiva de calles, plazas o playas mediante elementos de propaganda política partidaria que únicamente representan a una parte de la población y que generan manifiesto rechazo por parte del resto, realizada por grupos organizados (CDRs o similares), y con la colaboración de ayuntamientos, policía local y policía autonómica de Cataluña, sobrepasa con mucho el ámbito de la libre expresión de las opiniones personales e individuales. Se trata, claramente, de un acto de apropiación simbólica de los espacios públicos por parte de determinados grupos de poder, destinado a excluir de los mismos a quienes no comparten la ideología y objetivos de dichos grupos.

Consideramos que todo el mundo tiene derecho a lucir en su balcón o en su solapa los símbolos políticos o ideológicos que más le plazcan, sin ser importunado ni represaliado por ello. Pero también consideramos que la ocupación masiva e intimidante de los espacios públicos con simbología y propaganda partidistas no se compadece con sociedades plurales y abiertas, sino que es seña de identidad de regímenes totalitarios y de sociedades hegemonizadas por grupos de poder sectarios y excluyentes. Creemos que los ayuntamientos y resto de administraciones públicas no deben instalar en espacios públicos banderas ni otros elementos de contenido ideológico que sólo representan a una parte de la ciudadanía con exclusión del resto, ni permitir pasivamente que personas individuales o grupos organizados lo hagan, ni mucho menos perseguir y sancionar a las personas particulares que, por iniciativa propia, retiran de los espacios públicos dicha simbología. Creemos, incluso, que las medidas sancionadoras adoptadas en tal sentido por parte de administraciones locales o la administración autonómica podrían ser constitutivas de prevaricación, y perseguibles penalmente.

Desde IZQUIERDA EN POSITIVO defendemos que las calles, plazas y playas de Cataluña vuelvan a ser espacios de convivencia y no de confrontación, donde todos los ciudadanos y ciudadanas puedan sentirse igualmente libres y participantes y no excluidos, amenazados, estigmatizados o expulsados por defender unas u otras opiniones. Deseamos que esos espacios vuelvan a ser alegres ágoras multicolores, y no excluyentes yermos amarillos.

Grupo Promotor de IZQUIERDA EN POSITIVO

Barcelona, 29 de agosto de 2018

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