Por Miguel Candel.

La historia del siglo XX no se puede entender sin la izquierda (desde la más moderada socialdemocracia hasta el más radical comunismo, pasando por el anarquismo). Por lo que llevamos visto, no parece que el siglo XXI vaya a parecerse mucho al XX en este punto. Claro que nada en la historia se repite como un calco de lo que pasó con anterioridad. La izquierda, por consiguiente, ha evolucionado. ¿En qué sentido? Por un lado, se ha vuelto menos militante, en el sentido literal del término: menos “guerrera”. Ello se explica por varias razones, unas positivas y otras negativas. En lo que llamamos Occidente, porque aspectos importantes de lo que la izquierda desde sus orígenes reivindicó, la democracia como poder y soberanía del pueblo, ha pasado a formar parte del “sentido común” político. Por otro lado, en cambio, la desigualdad social ha aumentado vertiginosamente en el planeta. Pero al ser una desigualdad “desigualmente” repartida, perjudicando menos a unos sectores sociales humildes que a otros, el resultado es que entre los diversamente desfavorecidos ha disminuido el espíritu de solidaridad. Y la izquierda es sustancialmente inseparable de ese espíritu.

Per això tenim al nostre país, sense anar més lluny, sectors importants de la vella esquerra adaptats plenament a una situació en què es continuen reivindicant, de paraula i sense massa acció, drets socials perduts o en risc de perdre’s mentre, amb molta acció i vergonyants paraules, es recolzen moviments nacionalistes que, en nom de la llibertat, atempten descaradament contra els altres dos principis fundacionals de l’esquerra: la igualtat i la fraternitat.

El que avui ens proposem engegar no és sinó un modest intent de reagrupar persones d’esquerra (moltes de les quals ho són sense saber-ho) atrapades per la pinça d’una dreta que segueix a la seva, a preservar el desordre social existent, i una esquerra que ha cregut que la millor manera de lluitar contra aquest desordre és augmentar-lo tot trencant la unitat dels que es veuen més afectats per aquest desordre. Una població que, tot i estar objectivament interessada en una política d’esquerres, ha acabat, almenys a Catalunya, votant majoritàriament als qui, des de la dreta, li han ofert més garanties que al desordre social habitual no es sumaria el desordre afegit d’una ruptura traumàtica entre germans.

No sabemos cómo se juzgará este siglo dentro de otros cien años. Por nuestra parte queremos hacer todo lo posible para que, en lo que respecta a la izquierda, no se pueda decir que este siglo ha sido la antítesis del siglo pasado.

Miguel Candel es Profesor Emérito de Filosofía y Coportavoz de IZQUIERDA EN POSITIVO

Barcelona, 12 de julio de 2018

Nota del Editor. Discurso del autor, leído en su nombre, en la presentación de IZQUIERDA EN POSITIVO.

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